La literatura de viajes es un género muy difícil de definir, se trata de una recopilación de textos escritos por el autor en los cuales narra los acontecimientos, sentimientos, sensaciones, impresiones…, que le acompañan en un viaje; junto a toda una serie de hechos, aventuras, descripciones de detalles, lugares, costumbres o culturas que enriquecen dicho texto, y que permiten al lector visualizar el lugar narrado.
Así podemos encontrar dentro de este género la obra de Heródoto de Halicarnaso, Los nueve libros de historia, en los cuales nos relata sus viajes por los diferentes lugares del Mediterráneo; como por ejemplo Egipto, lugar que le llamó mucho la atención por la cultura tan opuesta que tenían y así nos lo hace saber cuándo da cuenta de sus costumbres, cultura, religión, junto a la geografía, etc. También narra otros lugares, como Persia, Libia… ésta es la obra más antigua que se conoce sobre la literatura de viajes; pero es un género que se siguió cultivando a lo largo de la historia. Durante el siglo XIII destaca la obra de Los viajes de Marco Polo, y su periplo por tierras asiáticas; y en el siglo XIV la Embajada de Tamorlán, el cual consiste la crónica del viaje de los enviados del rey Enrique III al encuentro del emperador asiático de Tamorlán.
Pero será en el siglo XVI, con el descubrimiento de América, cuando esta literatura tome un gran impulso, ya que muchas de las personas que fueron al nuevo continente, dieron cuenta del viaje a través de las detalladas descripciones de lugares, costumbres, olores, personas…, así hemos podido conocer de una forma, más o menos directa, cómo era, y qué se encontraron los descubridores.
Pero será durante el siglo XVIII y XIX cuando este tipo de literatura tome un mayor auge, no sólo de lectura sino también que capte un mayor número de escritores, como consecuencia de los nuevos ideales de la Ilustración, que invitada a los jóvenes burgueses a viajar para poder completar su formación académica y personal. Pero no sólo serán éstos jóvenes quienes den cuenta de estos viajes, sino un gran número de mujeres como podemos ver en el libro de Cristina Morató ‘Las damas de Oriente’; en la cual encontramos una breve biografía de seis damas británicas aristocráticas y aventureras que se animaron a viajar a ciudades como El Cairo y Estambul, fascinadas por las historias de Las mil y una noches y ansiosas de conocer los harenes, los bazares y las caravanas de nómades beduinos. En busca de peligrosas aventuras, pero a la vez hallaron males como la delincuencia, las epidemias y las duras travesías sobre el desierto que desanimaban a los viajeros más audaces, pero que no evitaron que ellas se lanzaran al ruedo y recorrieran el Oriente embarcándose en apasionantes peripecias.
Dentro de la obra destacan casos como el de Lady Mary Montagu, la primera mujer occidental que pudo acceder a los harenes otomanos; la hermosa lady Jane Digby, amante de un jefe beduino; la espía del Imperio Británico Gertrude Bell y la famosa escritora de novelas policíacas Agatha Christie. Todas ellas dejaron de lado la comodidad de sus mansiones para aventurarse a una vida nómada en medio de ciudades lejanas que aún guardan recuerdo de sus pasos.
La obra es un relato apasionante de la vida de estas mujeres y sus numerosas aventuras, las cuales nos permite conocer el mundo Oriental en el siglo XIX y cómo era visto desde Occidente, como un mundo lejano y misterioso, pero a la vez atractivo por sus olores, costumbres o trajes y vestidos, de los que dieron cuenta estas mujeres, las cuales rehusaron a volver a vestirse de forma occidental.
La obra de Morató invita a una lectura amena y diferente a la literatura actual.